Se acerca el fin del invierno y con ello el comienzo de la primavera.
Poco a poco los árboles y los prados se van pintando de colores y predomina en el paisaje un verde nuevo, brillante. Aparecen los pequeños botones de las flores que caracterizan esta temporada, por lo que el campo renace nuevamente con esa alegría tan peculiar de la estación.
Imitando a la naturaleza en su vitalidad, en este 2009 se retoman los tonos amarillos, naranjas y salmones en el diseño floral. Particularmente se observa la tendencia de composiciones monocromáticas con tonos degradados, a las que se puede agregar interés mediante la inclusión de diversos accesorios, como listones, alambres decorativos y figuras de animales –desde pajaritos hasta insectos, como libélulas y mariposas, de muy distintos materiales, tales como madera, papel y tela.
Por otro lado, existe la tendencia que persigue un estilo naturalista. Se acentúa el uso de flores silvestres simulando jardines o campos en donde la vegetación crece naturalmente, lo cual va muy de la mano con la moda de lo orgánico, fomentando aquello que proviene directamente de la tierra sin intervención humana.
En conclusión, si resumiéramos el espíritu de la primavera de este año, podríamos afirmar que es un intento por plasmar la vida y la alegría de poder recrear un poco de ella en nuestras composiciones.
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